El sitio arqueológico Quereo se ubica en la quebrada homónima de la cordillera de la Costa que desemboca al sur de Los Vilos, en la región de Coquimbo. Está emplazado en un ambiente semiárido con humedad costera que permite la formación de vegetación y zonas boscosas.
En el lugar, se han encontrado restos óseos de la fauna que habitaba el territorio del norte chico durante el Pleistoceno final, con evidencias culturales que atestiguan la presencia de los primeros cazadores-recolectores que poblaron el continente, como huesos con huellas de corte e impacto, artefactos de material óseo, maderos quemados y aguzados, y restos líticos (Núñez et al. 1987).
Los especialistas le atribuyen dos ocupaciones paleoindias al sitio Quereo, denominadas Quereo I y Quereo II, durante las cuales se habrían realizado actividades de caza y destazamiento de megafauna o fauna extinta, como mastodontes, milodones, ciervos antifer, caballos americanos y palaeolamas (Montané 1967 y 1968; Núñez et al. 1983 y 1994a).
En la década del ochenta, Lautaro Núñez y su equipo postularon un modelo de poblamiento según el cual el sitio formaría parte de una serie de ocupaciones tempranas de grupos paleondios que se habrían desplazado desde la quebrada de Quereo al sur, en función de los recursos disponibles en torno a los lagos existentes en ese periodo (1983).
De acuerdo con el modelo, dichos lugares concentraron «densas manadas de herbívoros pleistocénicos que […] estimularon una amplia distribución de sus cazadores» (Núñez et al. 1987, 178). Esta dispersión se habría configurado de una manera particular durante las sequías, cuando la concentración de personas y animales en lugares restringidos incentivó el desarrollo de cacerías intensivas, especialmente al comienzo del periodo de mayor aridez del postglacial (Núñez et al. 1987, 178).
El Museo Arqueológico de La Serena cuenta con una colección de más de cien piezas encontradas en el sitio Quereo gracias a los trabajos de campo realizados en el marco de un convenio entre el Smithsonian Institution de EE. UU. y el Museo, durante los años setenta. Trabajadores de la institución, como el entonces director Jorge Iribarren, participaron en las excavaciones, que posteriormente fueron lideradas por el investigador Lautaro Núñez (Núñez et al. 1983).
La colección de restos óseos e instrumentos de Quereo fue complementada con elementos faunísticos y líticos de otros sitios del Pleistoceno final y el Holoceno temprano del norte chico, como Quebrada La Jarilla, Sierra Exploradora-Chañaral y Las Rojas.