La construcción del proyecto inmobiliario “Loteo Brillamar” en la Compañía Baja dejó al descubierto la presencia de diversas evidencias arqueológicas, las primeras proceden de una zanja de agua potable donde destacan materiales descontextualizados de los distintos periodos prehispánicos, y restos más recientes como fragmentos de loza, vidrio, plástico, metal entre otros. Este tipo de condición se presume tuvo relación no solo con la intervención de maquinaria del proyecto inmobiliario, sino que también fuera un área de uso agrícola con anterioridad.
Destaca la recuperación, de manos de un trabajador de obras inmobiliarias, de una campana de cuatro puntas de cobre (pieza que actualmente se encuentra en la exhibición permanente del museo).
Los sectores de ocupación se caracterizan por ser de dos tipos: doméstico-habitacional o cementerio.
En las áreas domesticas se presentan evidencias de materiales de desecho de actividades alfareras, fragmentos de piezas cerámicas con y sin decoración (que en ocasiones presentan huellas de hollín y distintos espesores en sus paredes), objetos que podían ser usados en la preparación o cocción de alimentos. Además hay zonas de fogones y capas de “conchales” con depósitos de restos de moluscos (especialmente machas) y otros recursos del mar.
En las áreas de cementerio se identificó un sector de entierro de 22 personas adultas (12 mujeres y 10 hombres), mientras que otros 18 cuerpos correspondían a 12 lactantes, 5 infantes y una adolescente. Había presencia de tumbas individuales, salvo en el caso donde mujeres eran sepultadas junto a lactantes, posiblemente que fallecieron durante el trabajo de parto o cercano a este.
Junto a algunos individuos se encontraron además camélidos o partes de ellos, concordante con prácticas del complejo cultural Las Ánimas y/o las fases iniciales de la cultura Diaguita.
Dentro de los entierros destacan un hombre adulto con una valva de lapa sobre su cabeza; otro con un plato Diaguita junto al cráneo, que tenía en su interior una valva de molusco y un tubo de hueso para psicotrópicos; un lactante con un jarro zapato junto a su cabeza con valvas de macha en su interior; una mujer adulta con una punta de proyectil y una valva de loco junto al cráneo y, frente a la cara y rodillas, un cuchillón de hueso de cetáceo con talla de rostro humano en el mango.
Otros elementos culturales presentes en el sitio son jarro zapato alisado, jarro zapato con rasgos ornitomorfas (similares a aves) o antropomorfas (similares a humanos), en ese último tipo existen ejemplares con características faciales, diferenciación de sexo, brazos, extremidades y/o presencia de trenzas. Este último lo puedes ver en nuestra colección SURDOC.
Artefactos como puntas de proyectil, litos, cuentas (de piedra, concha y hueso), percutores, manos de moler, platos, cuencos, puco, anzuelo y aro de cobre, posible pito cilíndrico de cerámica y pito acodado con grabado y asa de suspensión. Pigmentos (color rojo y blanco)
Ecofactos como huesos de fauna, peces, madera, carbón y valvas de choro, ostión, macha, minerales, etc; cabe destacar que muchos de estos materiales aparecieron en contextos mortuorios.
Debido a la gran riqueza que presenta este sector, es uno de los hitos importantes a relevar en el estudio de las formas de vida dentro de La Compañía Baja.
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